Época escolástica

El término escolástica, proviene del latín scholasticus, que deriva del griego σχολαστικός, y significa el que pertenece a la escuela. Se trata de una corriente teológica y filosófica de base platónica y aristotélica combinada con la sabiduría de la revelación cristiana. Esta corriente predominó durante toda la Edad Media y dio origen a las universidades.

La escolástica supone una ruptura con todo pensamiento científico, al considerar que todo saber dependía del principio de autoridad, y que las Sagradas Escrituras, son la auténtica fuente de conocimiento. Sin embargo, la filosofía escolástica, promovía la razón y el conocimiento, la lógica y el pensamiento discursivo, que se basaba en argumentos, contraargumentos, defensas.

El tema central de la filosofía escolástica es Dios y el problema de la relación entre razón y fe, entre filosofía y teología. Esta relación, sería de dependencia, la filosofía puede ayudar a la teología a comprender las verdades de la revelación, pero nunca suplantarlas, ya que la razón, siempre estará sometida a la fe. Alrededor de este debate van a surgir 3 posturas diferentes:

Dialéctica. Defienden que las verdades de fe, han de apoyarse siempre en la razón. Es decir, la fe va a depender de la razón. El principal representante de esta corriente es Juan Escoto Erígena.

Antidialéctica. Afirman que, sostienen todo conocimiento proviene de la fe, la razón humana no puede llegar a alcanzarlo. Uno de los principales representantes sería Pedro Damiano.

Santo Tomás en el siglo XIII, va a defender una postura intermedia al afirmar que la fe y la razón son dos vías distintas para llegar a la verdad, ya las dos vienen de Dios, y si están bien argumentadas, ya que las conclusiones de la filosofía, no pueden contradecir a las de la teología. 

Características

Las principales características de la filosofía escolástica son las siguientes:

  • Aceptaban los postulados de la Iglesia Católica.
  • El trabajo escolástico gira principalmente en torno a la relación entre verdad y fe y el problema de los universales.
  • Se apoyan en la filosofía de Aristóteles para fundamentar las verdades de la Revelación Cristiana.
  • Hacen una defensa del pensamiento dialéctico y el razonamiento lógico, a partir de premisas y conclusiones derivadas de las mismas.
  • Defienden la relación entre la teología natural y la teología revelada.
  • Consideran la Biblia como la principal fuente de sabiduría.

Se divide en 3 etapas:

  • Pre-escolástica: Esto se vio marcado por la recopilación de textos, entre sus numerosos textos se encuentran varios manuales y traducciones al latín de distintas obras de Aristóteles y de Platón. Esto fue de gran importancia para la formación de la escolástica ya que permitió el estudio de las fuentes clásicas en una lengua que resultaba más accesible a los académicos que no manejaban el griego antiguo. Sus representantes son: Severino Boecio, Anselmo de Canterbury y Pedro Abelardo.
  • Alta escolástica: La filosofía escolástica experimentó una fuerte influencia de Aristóteles. Los filósofos escolásticos estudiaron y comentaron extensamente las obras de Aristóteles, adaptándolas a la cosmovisión cristiana. Esta etapa se caracterizó por el desarrollo de la teología, que buscaba demostrar la existencia de Dios a través de la razón y el estudio de la naturaleza. Santo Tomás de Aquino fue uno de los filósofos más destacados de esta etapa, y su obra "Summa Theologica" es considerada una de las principales obras de la filosofía escolástica. Otro gran representante fue Alberto Magno.
  • ·Crisis o decadencia: La filosofía escolástica experimentó un cambio significativo con las figuras de Guillermo de Ockham y Juan Duns Escoto, que defendieron una posición más radical, argumentando que la filosofía y la teología eran dos disciplinas separadas y que la razón no podía demostrar la existencia de Dios. Su enfoque se centró en el análisis lógico y la crítica a la filosofía tradicional. Aquí se ve el comienzo del Renacimiento (Modernidad).

Filosofía Tomista

Santo Tomás acepta la doctrina aristotélica de la composición hilemórfica (los seres físicos son compuestos de materia y forma). Pero la composición hilemórfica que vale para las sustancias materiales es limitada por santo Tomás al mundo corpóreo. No se extiende a la creación incorpórea, a los ángeles. 

En lo más alto de la escala de los seres está la absoluta simplicidad de Dios; en lo más alto del mundo corpóreo está el ser humano, en parte espiritual y en parte corporal: deben existir, pues, entre Dios y el hombre, seres totalmente espirituales que sin embargo no posean la absoluta simplicidad de la Divinidad. 

Si la composición hilemórfica se limita al mundo corpóreo debemos hacer una distinción más fundamental para expresar la composición de los seres creados. Tal distinción es la de esencia (potencia) y existencia (acto). En los ángeles no hay materia, pero no por ello deja de haber potencialidad. La esencia de un ser corpóreo es la sustancia compuesta de materia y forma, mientras que la esencia de un ser finito inmaterial (ángeles) es la forma sola. 

  • Las pruebas de la existencia de Dios: Las cinco vías

Las cinco vías tomistas son cinco argumentos que permiten a la mente humana acceder al conocimiento de la existencia de un Ser Supremo a partir de la experiencia sensible. Todas ellas recurren al principio de causalidad, que enlaza los hechos empíricos con una realidad suprema que trasciende la experiencia. 

  1. Vía del movimiento: Sabemos por la percepción sensible que algunas cosas del mundo se mueven. Movimiento se entiende aquí en el amplio sentido de paso de la potencia al acto, y Santo Tomás argumenta que una cosa no puede pasar al acto desde su estado de potencia a no ser por algo que esté ya en acto. En este sentido "todo lo que se mueve es movido por otro". Si ese otro es a su vez movido, debe ser movido a su vez por otro agente; y como una serie infinita es imposible, llegamos al fin a un motor no movido, a un primer motor, "y todos entendemos que ese primer motor es Dios". 
  2. Vía de la causa eficiente: Nada puede ser causa de sí mismo. Por otra parte, es imposible proceder al infinito en la serie de las causas eficientes; así, pues, debe haber una primera causa eficiente "a la que todos los hombres llaman Dios". 
  3. Vía de la contingencia y la necesidad: Santo Tomás argumenta que debe haber un ser necesario, el cual es la razón de que los seres contingentes lleguen a existir. Si no hubiera ningún ser necesario, no existiría nada en absoluto, pues nada habría podido salir de la pura potencialidad ni llegar a estar en acto, pero es evidente que existen seres en lugar de no existir nada, luego tiene que haber algún ser que no sea contingente, es decir, debe existir un ser necesario que sea pura actualidad. 
  4. Vía de los grados de perfección: Tales grados de perfección (bondad, verdad, etc) implican necesariamente la existencia de un ser perfectísimo. Este argumento es de origen platónico y presupone la idea de participación. Los seres contingentes no poseen su ser por sí mismos, ni tampoco su bondad o su verdad; reciben sus perfecciones, participan de ellas. La causa última de la perfección debe ser perfecta en sí misma; no puede recibir su perfección de otro. 
  5. Vía de la finalidad: Santo Tomás argumenta que observamos objetos que operan por un fin, y como eso ocurre siempre, no puede deberse al azar, sino que debe ser el resultado de una intención. Pero los objetos carentes de conocimiento no pueden tender hacia un fin a menos que sean dirigidos por alguien inteligente. Así pues, existe un Ser inteligente, por el cual las cosas naturales son dirigidas a un fin. 

Bibliografía

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